El Permiso para reproducir esto está otorgado.
De hecho, se le exhorta a que lo haga.
Hay
diferentes ideas en nuestros días acerca de lo que es el
“arrepentimiento”. Pero ¿están ellas basadas en lo que las Escrituras
enseñan? (2 Timoteo 3:16-17)?
¿Es meramente un cambio de mente o hay mucho más involucrado en ello?
Vamos a mirar a algunas de las más claras y más precisas definiciones
bíblicas del arrepentimiento, comenzando con la enseñanza de Jesús acerca de
Jonás y los ninivitas:
Los
hombres de Nínive se
levantarán en el juicio contra esta generación, y la condenarán; porque
ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que
Jonás en este lugar (Mateo 12:41).
Para
averiguar exactamente lo que Jesús quiso decir cuando dijo: “se
arrepintieron”, vamos a revisar el recuento al cual se está refiriendo:
Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y
proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de
ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su
silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre
ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y
animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento,
ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a
Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña
que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá
Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios
lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se
arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo (Jonás 3:5-10).
Los
ninivitas se humillaron y clamaron fuertemente a Dios, convirtiéndose cada
uno de su mal camino. Según la autoridad final, esto constituye el “arrepentimiento”,
a diferencia de lo que algunos en nuestros días equivocadamente quieren que
nosotros creamos – un simple “cambio de mente”.
El Ejemplo del Hijo
Pródigo
Otro buen ejemplo de arrepentimiento es la enseñanza de Jesús acerca del
hijo pródigo:
Y
volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí
perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado
tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose,
vino a su padre ... el hijo le dijo: Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo (Lucas
15:17-21).
Jesús declaró que la humildad del pródigo, su compunción, reconocimiento
del pecado y regreso a su Padre, hicieron que el volviera de nuevo a la vida
de su estado espiritual de muerte y perdición:
Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse (Lucas
15:24).
Esto es obviamente muerte y vida espirituales, ya que el pródigo no fue
afectado físicamente por esta muerte.
¿Cuán Importante es Arrepentirse?
Pedro enseñó que el arrepentimiento es el remedio para la muerte:
El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).
No
solamente fue el arrepentimiento el mensaje de Juan el Bautista (Mat. 3:1,2),
sino que Jesús continuó el mensaje de Juan después que éste fue
aprisionado. No hay mayor sanidad en el mensaje de uno que cuando está
respaldado por el mensaje del propio Señor:
Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a
Galilea ... Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado (Mat. 4:12,17).
Otros
Ejemplos Bíblicos
El
arrepentimiento de David después de su adulterio y asesinato incluyó el
reconocimiento de su pecado (2 Samuel
12:13). Observe su oración sincera y de corazón en el Salmo 51.
Por otro lado, Saúl estaba más preocupado de ser honrado delante del
pueblo que de mostrar verdadera humildad con respecto a su desobediencia:
Y él dijo: Yo he pecado; pero te
ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel,
y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios (1 Samuel
15:30).
La reacción de Pedro hacia su propio pecado
(negar a Jesús tres veces) fue el llanto amargo:
Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y
Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el
gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera,
lloró amargamente (Lucas 22:61,62).
¡Cuán
sabio es seguir el consejo de Santiago, que predicó el verdadero
arrepentimiento que, a propósito, refuta el punto de vista sobre el avivamiento
en el movimiento de la “risa santa”:
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo,
purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad.
Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos
delante del Señor, y él os exaltará (Santiago 4:8-10).
¿Cómo Obtener Perdón y Misericordia?
Para
obtener perdón y misericordia del Señor, Isaías aconseja, “Deje el impío
su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el
cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar” (Isaías 55:7). Observe que dice que Dios “será amplio en
perdonar” pero según el contexto, eso está condicionado a que el impío deje sus
caminos y pensamientos malvados, y se vuelva al Señor.
El Profeta Daniel era altamente estimado (Daniel
9:23) y dio consejo (aunque no fue escuchado) al Rey Nabucodonosor:
Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus
pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con
los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad (Daniel 4:27).
El hijo
de Nabucodonosor, Belsasar, no se humilló
aunque él sabía del juicio de Dios sobre su padre, y aun se exaltó en contra
del Señor del cielo (Daniel 5:22,23).
¡Cuánto más sabio él habría sido de haber seguido el buen ejemplo del propio
Daniel:
Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión,...
hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido
rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas...
y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos
de nuestras maldades y entender tu verdad (Daniel
9:4, 5,13).
Jeremías
aconsejó a los oficiales y al pueblo: “mejorad ahora vuestros caminos
y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios” (Jeremías 26:13).
Salomón
oró, “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y
te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado,
cuando los afligieres” (1 Reyes 8:35). El también sabía lo siguiente
acerca del arrepentimiento:
Y ellos volvieren en sí en la tierra donde
fueren llevados cautivos; si se convirtieren y oraren a ti en la
tierra de su cautividad, y dijeren: pecamos, hemos hecho inicuamente,
impíamente hemos hecho; si se convirtieren a ti de todo su corazón
y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado
cautivos, y oraren hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la
ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre (2 Crónicas 6:37,38).
El
Remedio
En el
libro de Ezequiel, el Señor ordenó que una marca fuera puesta en las frentes de
aquellos que “gimen y que claman a causa de todas las abominaciones
(pecados) hechas en la ciudad (9:4) para protegerlos de ser asesinados
(9:6). Algún tiempo después, Dios hizo que Ezequiel profetizara:
Así dice Jehová el Señor: Convertíos y
volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras
abominaciones (14:6).
Ezequiel
enseñó que “el alma que pecare, ésa morirá” (18.20). Sin embargo, Dios
tiene un remedio:
Mas el impío, si se apartare de todos sus
pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y
la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas las
transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que
hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? Dice Jehová el
Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? ...
Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y
la justicia, hará vivir su alma. Porque miró y se apartó de todas sus
transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá.
... Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os
será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu
nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? (Ezequiel 18:21-23,
27,28,30,31).
No hay ningún cristiano que alguna vez
haya vivido que no haya sido tentado al pecado, pero el Espíritu Santo dio una
verdad relevante y consoladora a los cristianos
de Corinto que se extiende hasta nosotros hoy:
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida,
para que podáis soportar (1 Cor. 10:13).
Todos
seremos tentados pero ninguno tiene por qué ceder a la tentación. ¿De qué
otra manera podríamos nosotros evitar el pecado? El Apóstol Pablo nos dio
visión que puede ser una salvaguarda para nuestras almas:
Porque los que son de la carne piensan en las cosas
de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del
Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse
del Espíritu es vida y paz (Romanos
8:5,6).
Tomado
íntegramente para publicar en este blog en 3 partes de:
Ahora bien, aprovecho este tracto para
invitar a todo aquel que venga trabajado, cansado (Mt.
11:28.), ó que tenga algún tipo de necesidad en su
vida, a que primero haga esta oración en voz alta:
“¡Jesucristo,
¡Señor mío y Dios mío! (Jn 20:28.)
Acepto que soy un PECADOR y que yo solo
no soy capaz de cambiar, pero TU palabra dice que si confieso con mi boca que
eres el Señor y creyere en mi corazón que Dios te levantó de los muertos, seré
salvo/salva. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación. (Ro. 10:9,10.)
Por eso en este momento confieso con mi boca que tú eres el Señor, y te acepto
como mi único y suficiente Salvador. Te invito a entrar en mi corazón y te pido
que desalojes de mi todo sentimiento que no venga de ti, porque tu palabra dice
que Nueva Criatura soy, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Co. 5:17.) en
el nombre de Cristo Jesús.”
Amen!
Si ya hiciste esta oración e invitaste
a Jesucristo a entrar en tu corazón, escríbenos a libertadysanidadendios@gmail.com,
queremos saber de ti y seguir orando contigo, según sea tu necesidad y los
anhelos de tu corazón.
Hoy nos ponemos de acuerdo contigo y tenemos
toda nuestra confianza en el todopoderoso Jehova-Rapha (El Señor tu sanador.
Ex. 15:26.), el amado Jesucristo y el
Hermoso Santo Espíritu de Dios que eres libre de toda aflicción por la Poderosa Sangre del Cordero de Dios que fue
inmolado, y que todo ojo le vera a Él (Ap. 1:7.) en tu testimonio, ahora que
eres Libre!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario